En Santiago de Chile, acaba de suceder un hecho insólito e indignante. Un enajenado mental uso su skate board para saltar por tumbas y robar craneos de las mismas, en el Cementerio. Yo escribí el segundo libro sobre este Cementerio, ya que ni existía ni una sola recopilación histórica, como tampoco planos de este campo santo. En las últimas visitas, ir a buscar actualización, es ser víctima de un asalto a plena luz del día, como una cosa normalizada.
Invitado por el Gobierno Egipcio, en un plan de traer periodistas y comunicadores, para dar cuenta de la seguridad que brindaba ese país, tras el descalabro humano y turistico,cuando un grupo comando de la organización fundamentalista Jamaa Islamiya abrió fuego ayer con armas automáticas contra los turistas que visitaban el Valle de los Reyes, en Luxor, y dieron muerte a 64 personas, 60 de ellas turistas extranjeros, en las escalinatas de acceso al templo de Hatsepshut.
Fue el más sangriento ataque del integrismo egipcio desde 1992, año en que la Jamaa Islamiya inició su lucha armada para derrocar al gobierno del presidente Hosni Mubarak y reemplazarlo por otro de carácter islamista.
Los fundamentalistas llegaron al lugar en un bus de turismo, descendieron en silencio y dispararon sus metralletas indiscriminadamente sobre los turistas que en ese momento ingresaban en el templo de Hatshepsut.
Nuestra visita siempre estuvo gentilmente guiada y protegida poor personaeros de seguridad. En una entrevista con el el Ministro de Economía y Turismo, le solicité visitar la "Ciudad de los Muertos"...o el Cementerio. Un poco complicado, accedió a mi petición, pero a cambio me rogó no publicar fotografías.
Hay que pensar que n la ciudad más poblada de África, decenas de miles de cairotas viven entre las tumbas de uno de sus cementerios, conocido como "ciudad de los muertos", hogar de vivos y difuntos que el Gobierno egipcio quiere convertir en un parque, tras 30 años de mi primera visita.
A los pies de la montaña de Muqatam, en el sur de El Cairo, "Al Qarafa" (cementerio en árabe coloquial egipcio) es un enorme camposanto salpicado de minaretes y mausoleos levantados para el reposo eterno de miembros de la dinastía ayubí (1171-1260) y de sultanes mamelucos (1260-1517), entre otros
Desde hace décadas, los cadáveres con o sin linaje conviven con nuevos moradores como Baala Ali, una amable anciana de 70 años que lleva más de medio siglo ocupando un panteón en el cementerio
"Estoy muy feliz de vivir aquí porque me encuentro cerca de las tumbas de mis padres", me cuenta através del interprete Efe Baala, rodeada por sus nietas y sentada entre sepulturas en el patio trasero de su vivienda
La insólita vecindad entre muertos y vivos, que ha convertido a esta necrópolis en una animada ciudad con cafés, talleres mecánicos, tiendas de alimentación y mercados, está amenazada ahora por un proyecto de las autoridades egipcias, interesadas en remozar la cara de la ciudad y acabar con la asfixiante ausencia de zonas verdes
Ese plan bautizado como "El Cairo 2050" contempla el traslado de los muertos de este camposanto a "cementerios modernos en zonas alejadas del centro de la capital como Nuevo Cairo y 6 de Octubre", mientras que las tumbas con alto valor histórico se integrarán en el parque, explica a Efe el arquitecto Ayman Ashour
A juicio de Ashour, profesor de Arquitectura y Planificación Urbana de la Universidad cairota de Ain Shams , a quien tuve la oportunidad de conocer, tras una charla que di en dicha universidad; asesor del Ministerio de Vivienda egipcio, la capital "carece de áreas verdes pues las existentes solo suponen un metro cuadrado por persona"
"Nuestra visión de futuro confía en multiplicar por diez esta cifra en consonancia con las exigencias de los organismos internacionales", agrega el experto
Además, la iniciativa proporcionará a los actuales residentes en el cementerio "viviendas dignas" en otros barrios, una "promesa" que el vecino de la "ciudad de los muertos" Mohamed Ahmed, de 42 años, asegura haber escuchado en ocasiones anteriores
"He vivido aquí durante 40 años porque no había otro lugar en El Cairo para toda mi familia. Gracias a Alá tengo un techo", cuenta Ahmed que, mientras da sorbos a un vaso de té, enumera las ventajas de vivir en "un barrio tranquilo sin demasiados problemas"
De la misma opinión es Reda Saki, un jubilado de 55 años que hace de guía para los pocos turistas que se internan en el cementerio. "No pasa nada por vivir aquí porque no hay muchos coches ni ruido", aduce
"La vida del ser humano ha sido siempre permanecer junto a la tumba de sus padres y de su familia", dice Saki, que apoya el plan gubernamental para transformar esta barriada cercana al centro de El Cairo en un lugar de descanso y ocio para los 20 millones de habitantes de la capital
A pesar del orgullo de sus habitantes, que insisten en describir el lugar como un remanso de paz frente al caos de la megalópolis cairota, el arquitecto Ashour subraya que la mitad de sus residentes se sienten avergonzados cuando les preguntan por su domicilio
"Los vecinos también se enfrentan a la contaminación del entorno, el analfabetismo, el desempleo y la falta de seguridad", agrega el arquitecto, quien indica además que solo el 25 por ciento de los inquilinos del cementerio tiene un empleo relacionado con la práctica funeraria
Esta precariedad ha llevado a jóvenes como Kamel Hasan, de 27 años, a hacer las maletas y marcharse a otros distritos de El Cairo porque en la "ciudad de los muertos", donde aún vive su padre, "no hay servicios básicos ni hospitales ni escuelas"
"El Gobierno tiene que construir ese parque. Sería bueno para el turismo", apunta Hasan, propietario de una humilde cristalería frente a la mezquita del sultán Qaitbey, una joya arquitectónica construida en 1472
A la espera de que las autoridades ultimen su plan y las máquinas y los obreros acaben con la calma, Saki pasa sus días en las estrechas calles sin asfaltar del cementerio, en el comercio donde consigue por unas libras un par de cigarros y chocolatinas, o al sol, donde sus vecinos conversan plácidamente
"Aquí nació mi padre y aquí seré sepultado, en medio de una tranquilidad espiritual", concluye.