Una Campanada Más
No deja de ser una impresionante coincidencia, que al entrar a la Catedral de Estocolmo, construida antes del siglo 13, también, al igual que Notre Dame en París, su campanario ofrezca un bellísimo panorama de la ciudad. Las resplandecientes aguas y frondosas islas de sus alrededores decorados por el "Prado de Agne”, junto a la orilla donde alguna vez se divisaron bajas cabañas de madera donde moraban los pocos habitantes de una isla, llena de pescadores.
El tañido de la campana, llamada "Campana del Domingo”, colgada de una saliente de la torre de la iglesia medieval, pone a los habitantes en armonía con sus pasado.
Siento una gran emoción al ver la impresionante escultura de San Jorge y el dragón, figura que llevé por doce años prendida al lado del corazón, y entre los pórticos de ladrillo divisar un púlpito dorado con la sencilla y humilde firma en un borde interior de la escala y que nadie ha osado borrar tras trescientos años de instalación: Burchardt Precht. Carin Hult, me traduce y sin saber mi apellido me cuenta del magnífico escultor, traído de Alemania, para esculpir estas obras de arte (ella me regala la foto con que concluye el libro)
El púlpito de la catedral de Upsala es una obra maestra del escultor y ebanista alemán Burchard Precht, que lo realizó entre 1725 y 1728. El púlpito está hecho de madera tallada y dorada, y tiene forma de una concha sostenida por cuatro ángeles. En la parte superior hay una corona real rodeada de rayos de sol, y en la parte inferior hay un relieve que representa el bautismo de Cristo.
El púlpito tiene una altura de 7,5 metros y un peso de 2,5 toneladas. Fue encargado por el arzobispo Erik Benzelius el Joven, que quería embellecer la catedral con elementos barrocos. El púlpito fue inaugurado en 1731, y se convirtió en uno de los símbolos de la catedral.
Sin embargo, el púlpito sufrió varios cambios a lo largo de su historia. En 1766, se le añadió una escalera de caracol con una balaustrada de hierro forjado. En 1886, se le quitó la corona real y los rayos de sol, que se consideraban demasiado ostentosos. En 1930, se le restauró el color original y se le devolvió la corona y los rayos.
En 1970, se le trasladó a la iglesia de Gustavo Vasa en Estocolmo, donde se encuentra actualmente. En su lugar, se instaló un nuevo púlpito más sencillo y moderno en la catedral de Upsala.
El púlpito de Burchard Precht es una muestra del arte barroco nórdico, que combinaba la influencia francesa e italiana con el gusto local. El púlpito refleja la importancia de la palabra y la predicación en la Iglesia luterana, así como el poder y la gloria del reino sueco en el siglo XVIII. El púlpito es también una obra de gran valor artístico y técnico, que demuestra la habilidad y la creatividad de su autor
Su púlpito fue dedicado al hijo sacerdote, para que llevase la palabra de Dios a los hombres, quizá pensando siempre en la memoria de la obra de su padre: Se llamaba Christian.
Veo con los oídos, escucho con el corazón, los sonidos de la campana nos avisa que hay diálogos que no se hacen con la razón.
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